Castillos de Asturias, Descubre el Encanto de sus Torres Vigía
Torres que vigilan rías y rutas, emergen entre la niebla y los verdes cortados del Cantábrico, así son los castillos de Asturias. Con un origen estratégico, sus soluciones arquitectónicas adaptadas al entorno no dejan de sorprender al visitante. ¿Te apetece conocer su magia?

- Orígenes de los castillos en Asturias
- Historia y evolución de estas fortificaciones
- Arquitectura y estilos característicos de los castillos asturianos
- Batallas y hechos históricos
- Usos actuales, actividades, eventos…
- Castillos de Asturias en el cine y la televisión
- Las fortalezas destacadas de Asturias
- Curiosidades y leyendas
- Preguntas frecuentes
Orígenes de los castillos en Asturias
La necesidad fue la madre de los castillos asturianos. Su origen no responde a una búsqueda de lujo, sino a la necesidad de supervivencia y el control.
Durante los comienzos de la Reconquista, el incipiente Reino de Asturias se convirtió en el último bastión cristiano de la península. Un reducto montañoso desde el que organizar la resistencia.
Las primeras fortificaciones eran estructuras modestas, a menudo simples torres de vigilancia o castros reaprovechados, situados en promontorios y «nidos de águilas» de difícil acceso.
Su objetivo era doble, vigilar las incursiones musulmanas desde la meseta y controlar los valles y pasos de montaña interiores. Esos pasos eran las auténticas autopistas de la época.
La orografía asturiana, como ya conocerás, un laberinto de montañas y valles profundos, tenían su parte buena y mala. Por un lado, era una defensa natural frente al invasor, pero también un desafío para la cohesión interna.
Por ello, estas primeras torres no solo miraban al sur, sino también hacia el interior, para afirmar la autoridad real sobre un territorio rebelde y fragmentado.
Con el tiempo, se erigieron también en la costa para defenderse de los ataques y saqueos de los pueblos del norte, como los normandos.
Cada castillo era, por tanto, un nudo en una red defensiva que garantizaba la supervivencia del reino y sentaba las bases de su futura expansión.
Historia y evolución de estas fortificaciones
La evolución de los castillos en Asturias es un fiel reflejo de su propia historia. Las primitivas torres de madera y piedra de la Alta Edad Media, funcionales, dieron paso, a medida que la Reconquista avanzaba hacia el sur, a fortalezas más complejas.
Una vez que la frontera con Al-Ándalus se alejó, el enemigo cambió. Ya no era el invasor musulmán, sino el noble vecino que quería apropiarse de las tierras del otro.
Durante la Baja Edad Media (siglos XIII-XV), Asturias se sumergió en violentas luchas entre los grandes linajes nobiliarios. Ejemplos de ellos son los Quirós, los Valdés o los Miranda, que se disputaban el control del territorio.
Fue entonces cuando los castillos vivieron su apogeo constructivo. Dejaron de ser meros puestos de vigilancia real para convertirse en centros de poder señorial, bastiones desde los que una familia imponía su ley.
Las torres crecieron en altura y robustez, se rodearon de murallas y fosos, y se convirtieron en el símbolo en piedra del poder feudal.
Sin embargo, su era militar tocó a su fin con el reinado de los Reyes Católicos. En su afán por consolidar un estado moderno y centralizado, ordenaron el derribo o «desmoche» de muchas de estas fortalezas. Así sometían a la levantisca nobleza.
Ya ves que por fin llegó la paz a la región, aunque yo diría que fue un poco por la fuerza. Sin embargo esto permitió concentrarse en prosperar y no en batallar.
Los castillos que sobrevivieron perdieron su función militar o fueron abandonados, convirtiéndose en las románticas ruinas que vemos hoy, o bien se transformaron en residencias palaciegas más cómodas y abiertas al paisaje.
Descubre los castillos de Asturias
Arquitectura y estilos característicos de los castillos asturianos
Como te hemos comentado sus orígenes fueron humildes como torres de vigilancia frente a posibles enemigos, lo que se reflejó en un estilo sin pretensiones.
La arquitectura castrense asturiana se define por su sobriedad, su funcionalidad. También por una integración natural con el paisaje, que ya sabes que por Asturias suele ser escarpado.
No encontraremos aquí las filigranas decorativas ni la escala palaciega de otras regiones, el castillo asturiano es, ante todo, una herramienta de guerra y poder.
El modelo más extendido es el de la torre señorial bajomedieval, de planta cuadrada o rectangular, construida en mampostería con sillares de piedra en las esquinas y vanos.
Y si te das cuenta, tiene todo el sentido. Cuando los estilos arquitectónicos evolucionaron hacia un mayor interés decorativo, la frontera con los reinos musulmanes ya estaba muy lejos y estas torres o castillos ya no tenían demasiado sentido en la región.
Lo contrario que ocurrió más al sur, donde todavía se necesitaban castillos defensivos que eran reflejo de su época.
Te pongo un ejemplo claro, el castillo de Soto de Aller o «Torruxón» es el arquetipo perfecto de esta tipología, una única y poderosa torre que domina el valle.
Estos edificios priorizaban la defensa sobre el confort. La puerta de entrada solía estar en un piso elevado para dificultar el acceso, los muros eran de un grosor formidable y las ventanas, escasas y estrechas.
De hecho, yo ni las llamaría ventanas, puesto que eran unos orificios con la anchura suficiente para disparar flechas al enemigo, las llamadas saeteras.
Con el tiempo, algunas de estas torres se rodearon de un recinto amurallado o barbacana, como en el caso del Castillo de Salas, que combina su torre con un palacio renacentista adosado, mostrando la evolución hacia un uso residencial.
En la costa, las fortificaciones adoptaban un carácter diferente, como vemos en los restos del castillo de San Martín en Soto del Barco, que vigilaba el estuario del Nalón.
Esto mismo lo apreciamos también en las murallas de villas marineras como Llanes, adaptadas a la defensa contra ataques por mar.
En todos los casos, la piedra local es la protagonista, mimetizando las construcciones con los riscos y montañas de los que parecen brotar.
Batallas y hechos históricos
Una de las cosas que más me gusta cuando visito los castillos de toda España es conocer su influencia en la historia y los muros de los castillos asturianos han sido testigos de momentos cruciales de la historia.
Aunque no fueron escenario de las grandes batallas campales de la Reconquista como las del sur, sí fueron el corazón de la resistencia inicial y el tablero de juego de las luchas de poder internas.
Durante la Alta Edad Media, fortalezas como el castillo de Gauzón (hoy desaparecido, pero de enorme importancia histórica) fueron centros neurálgicos del Reino de Asturias. Desde ellos se administraba el territorio y se custodiaban tesoros como la Cruz de la Victoria (símbolo del Principado).
Más tarde, durante los siglos XIV y XV, los castillos se convirtieron en los protagonistas de las luchas de bandos nobiliarios, esas batallas de las familias predominantes que antes mencionábamos.
El castillo de Soto de Aller, por ejemplo, era una pieza clave en el control del paso a la meseta castellana por parte de la familia Quirós. Esto generó innumerables conflictos con otros linajes.
El poder de estos señores feudales llegó a ser tal que desafiaban a la propia Corona, como es el caso del conde Gonzalo Peláez, señor del castillo de Buanga.
Todos estos desafíos obligaron a monarcas como Enrique III o los Reyes Católicos a intervenir militarmente para someter a la nobleza asturiana, ordenando el derribo de muchas de sus fortalezas como castigo y advertencia.
Sorpréndete con los castillos asturianos
Usos actuales, actividades, eventos…
Dejado atrás el pasado belicoso y siendo demasiado caros de mantener como residencias, ahora les toca adoptar un nuevo sentido.
Lejos de ser reliquias mudas del pasado, muchos castillos de Asturias, para nuestra suerte, han renacido en el siglo XXI con nuevos propósitos que los llenan de vida.
La tendencia general ha sido la de transformar su valor histórico en un motor turístico, asegurando así su conservación y convirtiéndolos en centros dinámicos para sus comarcas.
Algunos, como el mencionado castillo de Salas, han integrado usos museísticos de primer nivel o forman parte de hoteles con encanto, ofreciendo una experiencia inmersiva.
Otros se han convertido en el escenario perfecto para eventos culturales. Durante el verano, es común que sus patios de armas acojan conciertos de música, representaciones teatrales o mercados medievales que recrean el ambiente de la época y atraen a visitantes.
Estas actividades no solo enriquecen la oferta cultural de la región, sino que también actúan como un potente dinamizador de la economía local, generando turismo y poniendo en valor el patrimonio de zonas rurales que, de otro modo, quedarían fuera de los circuitos habituales.
Castillos de Asturias en el cine y la televisión
Y todas estas maravillas ni podían pasar desapercibidas para la industria del cine.
Asturias ha sido plató recurrente y algunos castillos o torres han servido de localización o inspiración.
La torre de Arango (Pravia) fue utilizada como localización en la película El secreto de Marrowbone (2017), transformada visualmente para el rodaje y ganando visibilidad por ello.
El castillo de Las Caldas (Priorio) ha aparecido en producciones televisivas y, según fuentes de localizaciones, sus exteriores se emplearon en la serie Alma (Netflix) y en otras grabaciones, aportando esa estética romántica que la pantalla requería.
Las fortalezas destacadas de Asturias
Muchos de los castillos asturianos son ruinas evocadoras o propiedades privadas que solo se pueden admirar desde el exterior. Algunos abren sus puertas para transportarnos directamente a la Edad Media.
Y ahora te listamos algunas de las fortalezas que no te puedes perder en tu visita a tierras asturianas. ¡Pero hay más!

Castillo de Salas: Su torre del homenaje del siglo XIV, unida por un puente de arco al palacio renacentista, es una imagen icónica. Su excelente conservación y el museo que alberga en su interior lo convierten en una visita obligada.

Castillo de Soto de Aller: Conocido como «El Torruxón«, es el arquetipo de la torre defensiva asturiana. A pesar de su estado de ruina, su estructura cuadrada se mantiene en pie mostrando sus gruesos muros.

Castillo de San Martín (Soto del Barco): Sus ruinas se alzan en un promontorio con vistas espectaculares a la desembocadura del río Nalón. Aunque privado y no visitable por dentro, su estampa melancólica y su ubicación estratégica lo convierten en uno de los castillos más fotogénicos y evocadores de la región.
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Curiosidades y leyendas
Si a estos castillos le añadimos que Asturias es una tierra rica en mitología, ya tenemos la combinación perfecta para encontrar leyendas que os fascinen a toda la familia.
La más famosa es la que se asocia al castillo de Soto de Aller.
Cuenta la tradición que en los pasadizos subterráneos de la torre habita una Xana, el hada de las aguas asturiana. En la mañana de San Juan, la Xana sale a peinar sus cabellos de oro con un peine de oro, custodiando un tesoro de gallinas y polluelos también de oro, esperando a un valiente que la libere de su encantamiento.
Otra curiosidad histórica nos lleva al desaparecido castillo de Gauzón, donde según las crónicas se forró con oro y piedras preciosas la Cruz de la Victoria, emblema de Asturias, una joya de valor incalculable que nació en el corazón de una fortaleza.
Preguntas frecuentes
¿Cuántos castillos hay en Asturias?
En Asturias no existen grandes concentraciones de castillos como en otras regiones españolas. Se conservan restos de unas 20 fortalezas medievales, entre castillos, torres y ruinas defensivas.
¿Por qué los castillos asturianos son diferentes a los del resto de España?
Por su adaptación al terreno montañoso y su función de control de valles y pasos naturales, más que de defensa de amplias llanuras. Además, su arquitectura tiende a ser más sobria y funcional, con torres aisladas y construidas con materiales de la zona.
¿Cuál es el castillo más antiguo en Asturias?
Por lo que sabemos, el castillo de Gauzón, en Castrillón, es uno de los más antiguos y emblemáticos. Se levantó sobre un antiguo castro prerromano y fue residencia de reyes asturianos. Allí se custodió la Cruz de la Victoria, símbolo del Principado de Asturias.
¿Qué estilo arquitectónico predomina?
Predomina el románico tardío y gótico temprano, aunque algunos presentan elementos de transición al estilo renacentista. Son construcciones compactas, de planta irregular y con torres de vigilancia que aprovechan el relieve natural para reforzar la defensa.
¿Cuándo es el mejor momento para visitar los castillos de Asturias?
La mejor época es de primavera a otoño, cuando los caminos rurales están más accesibles y se celebran recreaciones históricas o jornadas culturales. En verano, algunos castillos amplían sus horarios y ofrecen visitas teatralizadas o nocturnas.

Apasionado de los castillos desde la infancia, en esta web te presenta todo lo que necesitas para conocer y visitar estas joyas arquitectónicas de España.
